En el contexto más general, señalaremos con Alfonso de Toro (1997) que la posmodernidad es un fenómeno histórico-cultural posterior a la modernidad, correspondiendo al último tercio del siglo XX, época del fin de la metafísica -que Vattimo asimila al de la muerte del arte en la que está enjuego no la superación del espíritu absoluto hegeliano
Como forma de producción entonces, la modernidad percibió lo estético como pura autonomía, puesto que ella se identificó con el cambio, éste con la crítica y la crítica con el progreso (Paz 1987). Mas, quienes defienden esta postura establecerían una retórica de conservación estética o, lo que es lo mismo, una versión conservadora de una gran historia de emancipación; nos referimos a la emancipación del arte del mal gusto. Por eso Calinescu rechaza una interpretación que demonice el mercado, como habría hecho aquélla (y de la que Jameson no escaparía), y que, del mismo modo, exalte acríticamente el espíritu innovador de la modernidad. Un espíritu tal habría acentuado la creencia en la originalidad -concretándose y radicalizándose en las formas de arte vanguardista- en la medida en que estuvo ligado a la noción de progreso y, por tanto, a la de cambio, y el cambio siempre es indicativo de superación crítica.Pero ocurre que esta búsqueda de lo nuevo decantó en la saturación de su principio, dando lugar a aquello que Octavio Paz denominó la tradición de la ruptura, una constante destrucción y reconstrucción, cuestionamiento y superación del discurso moderno.
lunes, 2 de noviembre de 2009
Arte de la Postmodernidad en España
En un primer momento, el expresionismo, el cubismo, y todas las vanguardias, tuvieron que enfrentarse a un público hostil y reacio. Pero tras la primera mitad de siglo, estos movimientos revolucionarios ganaron prestigio social y fueron admitidos en las academias. Es lo que conocemos como el triunfo de la modernidad. A partir de entonces, comenzó a considerarse la modernidad como un fenómeno perteneciente al pasado y este sentimiento es lo que se ha llamado Postmodernidad.
Como la propia sociedad se ha convertido en algo complejo y caótico, al arte, que es un reflejo de la misma, le sucederá lo mismo. Por tanto, el arte de los últimos tiempos se caracterizará por la diversidad de las opciones. El mejor ejemplo lo tenemos en la Documenta de Kassel de 1982.
David Salle, es una de las figuras más conocidas de la postmodernidad plástica. Utiliza imágenes pop junto a motivos del comic o de la tradición artística, de los medios de comunicación de masas e incluso de las revistas eróticas.
Lo que más llama la atención son las imágenes conocidas que aparecen en sus cuadros, por ejemplo, las de Solana o de Géricault, que dan la sensación de estar intencionalmente mal pintadas. En cuanto a la composición, parece conscientemente torpe. Las imágenes se superponen unas con otras, como si el cuadro no terminara de ser considerado como una unidad espacial, sino como una superficie sobre la que se pueden disponer las imágenes sacadas de otra parte.
A partir de estas citas en las que recoge diversos estilos, realiza obras muy personales, como Rolando el demoníaco o La peinadora.
En España, los pintores más significativos son Guillermo Pérez Villalta y Miguel Barceló. Villalta, próximo a la nueva figuración, emplea las perspectivas al modo clásico y un mundo de personajes extraídos de la antigua cultura romana.
Miguel Barceló utiliza una figuración deformada y desenfada, claramente expresionista, que refuerza con una gran dosis de calidad matérica, para dar a la textura una dimensión trascendente. Tras su éxito en la Documenta de Kassel de 1982, ha alcanzado gran proyección internacional.
Las figuras más destacadas son Michael Graves, Charles W. Moore, Robert Ventura o Aldo Rossi.
Como la propia sociedad se ha convertido en algo complejo y caótico, al arte, que es un reflejo de la misma, le sucederá lo mismo. Por tanto, el arte de los últimos tiempos se caracterizará por la diversidad de las opciones. El mejor ejemplo lo tenemos en la Documenta de Kassel de 1982.
David Salle, es una de las figuras más conocidas de la postmodernidad plástica. Utiliza imágenes pop junto a motivos del comic o de la tradición artística, de los medios de comunicación de masas e incluso de las revistas eróticas.
Lo que más llama la atención son las imágenes conocidas que aparecen en sus cuadros, por ejemplo, las de Solana o de Géricault, que dan la sensación de estar intencionalmente mal pintadas. En cuanto a la composición, parece conscientemente torpe. Las imágenes se superponen unas con otras, como si el cuadro no terminara de ser considerado como una unidad espacial, sino como una superficie sobre la que se pueden disponer las imágenes sacadas de otra parte.
A partir de estas citas en las que recoge diversos estilos, realiza obras muy personales, como Rolando el demoníaco o La peinadora.
En España, los pintores más significativos son Guillermo Pérez Villalta y Miguel Barceló. Villalta, próximo a la nueva figuración, emplea las perspectivas al modo clásico y un mundo de personajes extraídos de la antigua cultura romana.
Miguel Barceló utiliza una figuración deformada y desenfada, claramente expresionista, que refuerza con una gran dosis de calidad matérica, para dar a la textura una dimensión trascendente. Tras su éxito en la Documenta de Kassel de 1982, ha alcanzado gran proyección internacional.
Las figuras más destacadas son Michael Graves, Charles W. Moore, Robert Ventura o Aldo Rossi.
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